ROSA ZAMORA
La destacada ubicación que ocupa Chile en Latinoamérica en materia de transparencia y corrupción dista de ser la prueba de la blancura. Así lo cree el consultor y experto chileno Miguel Schloss, quien fue director ejecutivo de Transparencia Internacional en Alemania, así como responsable de varias divisiones de la entidad, y que actualmente ocupa el cargo de director -y presidente para Chile- de Dalberg Global Development Advisors.
El economista titulado en la Universidad Católica de Chile, con postgrados en las universidades de Columbia, Harvard y Stanford, es enfático al señalar que muchos países latinoamericanos tienen problemas de calidad institucional y gobernanza, y que un referente más realista de comparación para Chile en esta materia es el de las naciones de desarrollo similar al nuestro.
LENTO AVANCE
Respecto de los resultados de la última "Encuesta de Corrupción: Percepción y Realidad", que realiza desde 2002 el Instituto Libertad y Desarrollo, le sorprende comprobar por ejemplo que al comparar las cifras generales del periodo 2002-2008, "no ha habido mucho cambio; se han registrado mejoras en algunos años y retrocesos en otros, es decir, estamos estancados mientras el resto del mundo avanza. Entonces la posición competitiva de Chile se va perdiendo porque otros avanzan más".
Sobre las áreas consideradas con niveles relativamente altos de corrupción -empresas públicas, municipalidades, ministerios, Poder Judicial y gobiernos regionales- sostiene que hay que analizar cada una de estas instancias y detectar sus problemas concretos, lo que debe ser motivo de un trabajo detallado.
- Chile ocupa el primer lugar de América Latina en el Índice de Calidad Institucional (ICI) 2009, confeccionado por International Policy Network, que mide siete parámetros, entre ellos nivel de corrupción. ¿Qué le parece la medición?
"Me parece que no corresponde comparar a Chile con los países de América Latina porque muchos de ellos tienen problemas bastante serios de gobernanza. El nuestro aspira a ser un país desarrollado, acaba de entrar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y estrictamente hablando debería compararse con los integrantes de ese organismo o con los que tienen ciertas características similares y que son exitosos".
La reacción pública de reproche frente a casos de corrupción es útil en la medida que obliga a adoptar medidas correctivas. |
- ¿Cuáles por ejemplo?
"Con economías pequeñas, abiertas, que han logrado dar el gran salto, como Singapur, Nueva Zelanda, Irlanda, Finlandia. Creo que esa es la comparación más relevante".
CAMINO POR RECORRER
- ¿En qué nivel ubicaría entonces a Chile?
"Es cierto que Chile está mucho mejor en cualquiera de los indicadores de gobernanza, corrupción, etc, llámese Índice de Calidad Institucional, del Banco Mundial o de Transparencia Internacional. Pero yo diría que sus avances en esta materia no se condicen con el nivel de un país que quiere desarrollarse económica y socialmente. Desde esa perspectiva tiene todavía bastante que recorrer en la parte institucional".
- En la última "Encuesta de Corrupción: Percepción y Realidad", por tercer año consecutivo las municipalidades lideran el "ranking de corrupción" con 21% de las menciones.
"Indicadores como éstos son síntomas de debilidades institucionales, que constituyen un problema yo diría serio porque afectan el crecimiento del país. Como este es un país extenso, tarde o temprano tiene que descentralizarse más; entonces, es un área donde claramente hay que mejorar".
CÍRCULO VIRTUOSO
- ¿Hasta dónde los episodios de corrupción locales o regionales obstaculizan las demandas de esos poderes por mayor autonomía financiera y mayor participación en la toma de decisiones?
"Yo diría que es un círculo vicioso que se puede transformar en virtuoso en la medida que la ciudadanía empieza a tomar conciencia y hace que las autoridades locales tengan que responder eficazmente a sus necesidades. Eso ayuda a que se empiecen a tomar acciones correctivas. Entonces es un obstáculo si no se hace nada, pero es una ventaja si lleva a la corrección de estas situaciones".
- ¿Es peligroso que el mismo estudio de LyD 2009 señale que según los encuestados el 50% de las denuncias no tiene sanción?
"Exacto. Es el tipo de cosas que tenemos que corregir. Lo que falla en Chile no es tanto que existan o no existan leyes, porque en general las tenemos y contamos con instituciones que en el papel cumplen con lo que se necesita. Donde fallamos es en la diferencia entre la disponibilidad de legislación, instituciones y regulaciones, y lo que existe de facto, es decir, cómo se aplican estas normas y cómo funcionan. Claramente allí hay una merma significativa".
- ¿Cuáles son a su juicio los factores que favorecen la corrupción?
"La falta de transparencia es uno, ya que, como dice el viejo proverbio, el sol es el mejor desinfectante. Otro de los factores que genera corrupción es la discrecionalidad, en la medida que una autoridad que tenga la facultad de autorizar determinadas cosas y haga mal uso de esas atribuciones. El tercero, la falta de profesionalismo entre las autoridades; mientras exista más profesionalismo y meritocracia, menores son los niveles de corrupción. Es en la combinación de esos factores donde hay que provocar un mejoramiento, tener un sistema mejor de evaluación de desempeño, mayor posibilidad de que las carreras sean por calidad y no por cuoteo político, por ejemplo".
- Publicamos hace una semana un estudio de opinión a nivel de la zona donde la gran mayoría de la muestra siente vergüenza e indignación cuando escucha que esta es "la capital de la corrupción". ¿Es una buena señal?
"Creo que para que cualquier problema se resuelva, lo primero es reconocer que existe; lo segundo es tener la intención de resolverlo, lo tercero saber cómo hacerlo y lo cuarto es hacerlo. Lo que he visto en materia de encuestas es que hay conciencia, pero lo que no es bueno es que un porcentaje muy bajo actúe".
- ¿Actúe en qué sentido?
"Hay una cifra de hace algunos años que me parece muy llamativa: de cada cien casos de corrupción que se saben o se dice saber, sólo 16 son denunciados y de esos 16 sólo 4 terminan en sanción. Esa diferencia es donde tenemos que poner énfasis. No basta con saber, hay que actuar; hay razones por la cuales la gente no actúa".
- ¿Y por qué no actúa?
"Porque tiende a pensar que no tiene solución, porque lo ve complicado, porque tiene miedo a las represalias y todo eso. Así es que yo creo que estamos bien en estar conscientes, en observarlo críticamente, en no considerar que es inexorable y difícil de manejar, me parece bien eso. Lo que falta son los pasos siguientes, que se denuncie y se adopten acciones. Es complicado porque la denuncia implica que hay que proteger a quien la formula; si hay represalias y eso afecta la carrera de la gente, obviamente no va a actuar. Hay que buscar mecanismos de defensa para el que denuncia y si la denuncia es correcta, ha sido positivo".
DENUNCIA VS ESTIGMA |
- A veces se plantea que las denuncias de corrupción estigmatizan a determinadas comunas, ciudades o zonas. "Dejar los problemas debajo la alfombra no ayuda a nadie porque éstos van a persistir. Me parece positivo que haya conciencia, que se exija la adopción de acciones correctivas y que se sepa muy bien cuáles son ellas". |